Una jornada más
- Bitágora
- 4 ago 2020
- 3 Min. de lectura
La corrupción siempre fue el “talón de Aquiles” de la política en el Perú, debido a que durante toda su etapa republicana siempre se destapo uno que otro caso en el que varios representantes o autoridades del país estaban involucrados.

A menos de un año de una típica jornada de populismo y concentraciones de masas en diversos parques, plazoletas o plazas, todo peruano, que tenga la dicha de escuchar algo de política, se preguntan una típica pregunta de dicha jornada: ¿Cuál mal menor debo elegir? Dicha pregunta es muy típica en el ambiente de la jornada popular de elecciones que se tiene en el país, debido a que, en el país, se ha popularizado una frase muy común durante dichas fechas: “Que robe pero que haga obras”; refiriéndose en si a que la corrupción se ha normalizado en el país y que todos los “políticos” son personas que buscan su satisfacción, mas no el bien común por su comunidad. El Perú se ha caracterizado por vivir durante su etapa republicana en un ambiente de tensión política, esencialmente, en el ámbito de los escándalos de corrupción. Tal como lo mencionaba Quiroz, la corrupción es un cáncer hacia el progreso, lo cual, lastimosamente, se ha evidenciado con mucha fuerza en el país.
La corrupción siempre fue el “talón de Aquiles” de la política en el Perú, debido a que durante toda su etapa republicana siempre se destapo uno que otro caso en el que varios representantes o autoridades del país estaban involucrados. Entonces, ¿por qué no se puede estudiar este tema más a fondo? Considero, principalmente, debido a la particularidad del fenómeno, debido a que es un tema muy difícil de explicar, y las consecuencias y causas que tiene son variadas; no obstante, yo rescato a un autor que supo explicar a la corrupción y sus efectos en el país: Alfonso W. Quiroz. En su libro La historia de la corrupción, el autor elabora una definición exhaustiva que supera ampliamente la definición general del Banco Mundial y de Transparencia Internacional, ya que él define a la corrupción como el mal uso del poder político burocrático por parte de camarillas de funcionarios coludidos con mezquinos intereses privados para obtener ventajas económicas o políticas contrarias a las metas del desarrollo social mediante la malversación o el desvío de recursos públicos y la distorsión de las políticas e instituciones. Es decir, corrupción es el abuso de los recursos públicos para beneficiar a unas cuantas personas o grupos, involucra explícitamente el poder y la política, al sector público y al privado y su efecto en políticas, instituciones y en el progreso del país. Cabe mencionar que el autor cuenta que, a lo largo de la historia, en lugar de irse construyendo un Estado republicano con leyes y marcos normativos adecuados, con funcionarios que hacen cumplir la ley y con ciudadanos que van aprendiendo a sentirse parte de una sociedad incluyente que los considera, a diferencia de esto, se va perfilando y consolidando un Estado sin derecho, en el que las leyes están dadas para no ser cumplidas, y donde las formas patrimoniales del poder se van remodelando y recreando en cada periodo de la historia. La corrupción atenta persistentemente contra el desarrollo nacional y se pierden importantes oportunidades para lograrlo.
No es de gran admiración que su estudio haya tenido tanto impacto en nuestro país, debido a que vivimos en un país en donde es cotidiano ver a autoridades metidas en dichos escándalos; además, me gustaría resaltar que, no ha de ser de gran admiración para todo aquel que lea este artículo, se hayan visto involucrados en los últimos escándalos de corrupción a los cuatro expresidentes del Perú, esencialmente en el ámbito internacional por el escándalo de empresa brasilera Odebrecht.
Es evidente que la corrupción se ha normalizado en país y es nuestro deber como ciudadanos, tanto del hoy como del mañana, concientizarnos acerca del tema para formar una arena política más “justa”, sabiendo que ello será muy complicado. La política se ha vuelto un tema mucho más delicado al paso de los años de nuestra vida republicana.
Ernesto de Lima
Comentários