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Una breve reflexión acerca del cine peruano

  • Foto del escritor: Bitágora
    Bitágora
  • 28 jun 2020
  • 4 Min. de lectura

Los retos que implica mantener una película que no se base en lo clásico que hemos estado viendo siempre en la televisión peruana intentan crear una denuncia a nuestra realidad o al menos no las expone de manera muy cercana y nos invitan a pensar que hay temas que debemos cambiar o que por lo menos se debe plantear una discusión con base en esos problemas.

Mientras buscaba la manera de invertir mi tiempo de ocio y tomando en cuenta todas las limitaciones que tenía debido a la actual coyuntura, fue que encontré una película peruana que ya contaba con algunos años desde su lanzamiento, debo admitir que durante un tiempo considerable no había fijado mi atención sobre el catálogo cinematográfico producido en nuestro país, ya que, antes, cuando ni si quiera tenía la edad para ser considerado un adolescente, había tenido encuentros no tan agradables con títulos nacionales como “El buen Pedro” y “Loco cielo de Abril”; muchos de los que conocen estas películas se pueden preguntar qué hacía yo consumiendo ese tipo de cintas o cómo si quiera había logrado verlas a esa edad, pues, no estoy seguro si fue para mi buena o mala suerte, que la piratería había jugado un papel primordial durante la mayoría de veces en las que conseguí ver una película peruana, en cierta medida era consciente de que lo que compraba trataba temas que no correspondían a mi edad, pero en aquel entonces la información sobre estas películas era muy escasa y solo tenías que conformarte con saber que eran peruanas; Sin embargo, desde el éxito de “¡Asu mare!” en las salas nacionales, sentía que se generó un poco más de apoyo al cine peruano, claro, siempre y cuando nos encontráramos con una cara familiar proveniente de nuestra “distinguida” televisión nacional en el reparto de la película que fuéramos a ver.

“Gregorio” es el título de la película que mencioné al principio y el cual hace referencia al nombre del protagonista de dicha película; en un resumen muy superficial, la cinta trata sobre los problemas por los que pasa un niño provinciano que recién llega a la capital, no es sorpresa que, para muchos, este tema de la centralización en Lima sea una de las principales causas por las cuales se da esta movilización de la población provinciana hacia la capital del país y como nos muestran en esa película, este suceso está marcado por problemas que incluso hasta al día de hoy sentimos muy palpables como la pobreza y otros males que se desprenden de ella. Durante un tiempo se ha seguido aplicando en muchas otras películas esta iniciativa por crear historias ambientadas en la realidad de nuestro país o relacionadas con los sucesos mas importantes que ocurrieron dentro de este, por ejemplo, podemos observar el caso de la película “Juliana”, que de manera positiva se volvió a estrenar este año, pero de forma remasterizada, la cual trata casos muy parecidos a los que se muestran en la película de “Gregorio“; sin embargo, esta vez el protagonista es una mujer, pero para sobrellevar todos los problemas que implica ser una niña desamparada en la calle, decide hacerse pasar por un niño y se integra a un grupo de menores que la acompañarán durante gran parte de la pelicula. Existen muchos otros ejemplos de lo que tratamos de explicar antes, por lo que, sería necesario mencionar a uno de los directores que ha contribuido de gran manera a esta visión del cine peruano y ese es Francisco Lombardi que realizó grandes títulos, que durante la cuarentena tuve la oportunidad de ver, como “La ciudad y los perros” basada en el libro homónimo del celebre escritor Mario Vargas Llosa, “En la boca del Lobo” una narración que se crea en el escenario de la sierra durante conflicto armado interno que sufrió nuestro país, otra película muy destacable para mí fue “Tinta roja” que cuenta con la increíble actuación de Gianfranco Obrero como Faundez y quién después seria premiado por este papel.

No obstante, de entre todas las películas peruanas que he podido ver en este breve tiempo, considero que “Días de Santiago” es uno de nuestros mejores exponentes y ha logrado convencerme de que nuestro cine no solo se tiene que encasillar en esas producciones que ensalsan nuestros mayores defectos como sociedad o los cubre. “Días de Santiago” contiene mucho de lo que buscas en una película y se diferencia de otras cintas en aspectos como la narración y con la muy destacable actuación de Pietro Sibille, nos cuenta de manera muy íntima cómo es la vida de una joven ex-militar que sirvió en la guerra contra Ecuador y en el conflicto armado interno, pero que a pesar de haber luchado por su país en más de una ocasión es abandonado por el Estado, con lo que tendrá que buscar la manera de integrarse y cumplir su deseo de conseguir una mejor vida mientras que lidia con los problemas que presenta una ciudad como lo es Lima.

Recientemente, también contamos con muy buenas producciones como, por ejemplo, “Retablo” y nos demuestra que al día de hoy todavía hay directores que quieren contribuir con el desarrollo de un cine de calidad en nuestro país y que no siempre la cartelera nacional estará abarrotada por películas que toquen temas triviales con tal de satisfacer y atraer a la mayor cantidad posible de personas a las salas, sino, por el contrario y, a pesar de los retos que implica mantener una película que no se base en lo clásico que hemos estado viendo siempre en la televisión peruana, intentan crear una denuncia a nuestra realidad o al menos no las expone de manera muy cercana y nos invitan a pensar que hay temas que debemos cambiar o que por lo menos se debe plantear una discusión con base en esos problemas. Solo queda en nosotros apoyar estas propuestas que nos traen historias enriquecedoras y una vez que termina la función nos invitan a reflexionar sobre los problemas que no están lejos de nosotros.

Luis García

 
 
 

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