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Parte del viaje es su final

  • Foto del escritor: Bitágora
    Bitágora
  • 17 ago 2020
  • 4 Min. de lectura

Es evidente que el Barcelona ha brillado en estos últimos veinte años; sin embargo, hay un factor muy importante en lo que concierne en el éxito de este esquema táctico: La Masía.

El día viernes 14 de agosto del 2020, se evidencio lo que, hace 4 años, se venía venir: el final del Barcelona en el balompié de élite. Ese día cayeron dolorosamente por un marcador de 2-8 frente al Bayern Munchen; cabe aclarar que durante todo el partido el conjunto alemán fue superior al catalán en todo aspecto-evidentemente está- y se desconoció totalmente a que jugaba el club español. Muchos periodistas deportivos han asegurado que el conjunto catalán recién acaba de tocar fondo; sin embargo, considero que esto no es así, ya que cabe recordar las duras eliminaciones en Roma y Liverpool, dos hazañas épicas para aquellos equipos que demostraron que el Barcelona ya no era aquel gigante de Europa. Evidentemente, el declive del Barcelona del futbol de élite inicia con estas hazañas épicas, y este último episodio frente al equipo alemán demostró algo que es ley dentro de este deporte: No se puede vivir del recuerdo.

En los últimos 15 años, el Barcelona y su afición han vivido grandes momentos, tras la llegada de Laporta a la presidencia y sobre todo, desde que Guardiola tomó el mando del vestuario. Desde ese momento hay una palabra que no deja de acompañar al club y a sus aficionados, y que en los últimos días se está repitiendo día a día tras la llegada de Quique Setién: El “Cruyffismo; sin embargo, de tanto usar la palabra, su significado parece haberse perdido. ¿Qué significa el cruyffismo? ¿Qué es ser Cruyffista? ¿Terminar el partido con el 80% de posesión y solo dos tiros a puerta como se ha visto en los últimos partidos del equipo? Ante todo iniciaré hablando de Johan Cruyff, un exfutbolista holandés, que fue uno de los personajes más importantes del futbol tanto como jugador y técnico. En su época de jugador, fue el estandarte del Fútbol Total de Rinus Michel en el Ajax, la selección holandesa y el Barcelona en los años 60 y 70. Un estilo que si bien abogaba por la posesión del balón (si tengo el balón, el contrario no lo tiene) pero con una clara vocación ofensiva. Siendo así, la idea del cruyffismo es controlar el balón, evitar que el rival se sienta cómodo pero sin olvidarse de la portería. Pases en paralelo o hacia atrás no forman parte de un estilo de juego. La posesión es el medio y no el fin. No perder la posesión durante 20 minutos significa también no haber disparado a puerta en todo ese tiempo, tocar por tocar. La idea de Cruyff es tocar para llegar a la portería lo antes posible, transiciones rápidas y elaboradas con muchos intercambios de posiciones. En ese aspecto, las posiciones en el campo, también son muy importantes en esta filosofía de juego, pero por lo fluctuante de las mismas. ¿Jugar con 9 fijo? Para qué, si puedes jugar con 3 o 4 futbolistas en las posiciones de ataque lanzando diagonales y moviendo a los centrales y laterales de sus posiciones defensivas. En el año 2009, siendo el caso, llegaría un técnico que revolucionaria el futbol de Cruyff usando su misma técnica, pero inventando una nueva posición que ayudaría abrir cualquier defensa: Josep Guardiola (Pep) y su “falso nueve”. Esta posición fue implementada por Guardiola el 10 de mayo del 2009, en donde vencieron al eterno rival, Real Madrid, por 6-2; este partido, para muchos fanáticos del futbol-incluyéndome- es considerado como una de las mejores exhibiciones de futbol en lo que va de la historia. A los 10 minutos de juego, Pep decide hacer un cambio en su esquema táctico: Messi como centro delantero y Eto´o y Henry por los extremos; no obstante, Messi más que pisar el área rival, como el clásico centro delantero, estaba más centrado en el mediocampo, apoyando así a la posición del balón y abrir la defensa rival. Pero, ¿cómo funciona esta posición? Antes de la llegada del falso nueve, los defensores centrales estaban acostumbrados a marcar a un solo hombre, el clásico centro delantero, al que llamamos nueve, este clásico nueve se pega al defensor más profundo, estirando verticalmente la cancha lo más posible para darle lugar a su equipo. Generalmente se caracteriza por su fuerza, altura y juego aéreo. Su rol es el de aguantar pelotas, pivotar, llegar a los centros y principalmente hacer goles moviéndose dentro del área. Ahora bien, el falso nueve retrocede un poco hacia el mediocampo, dejando solos a los centrales, esto crea confusión entre ellos, que estaban acostumbrados a jugar 2vs1: “¿Lo sigo en su retroceso o mantengo la línea defensiva?”. Si lo sigue, deja un espacio en la defensa que los extremos pueden atacar fácilmente; y, si se queda, le deja espacio al falso nueve para que reciba, se de vuelta, ataque o patee al arco. Este no es un trabajo fácil, su rol es extremadamente complejo y debe ser integrado con un equipo de buen juego, esta es la razón por la cual es tan difícil ocupar esta posición tan bien como lo hizo Messi tras el cambio de Guardiola, porque ya en anteriores años, tales como los Totti en la Roma, Van Persie en el Arsenal o Sindelar para la selección de Austria de los años 30, no tuvo tanto éxito.

Es evidente que el Barcelona ha brillado en estos últimos veinte años; sin embargo, hay un factor muy importante en lo que concierne en el éxito de este esquema táctico: La Masía, pero ¿por qué? Porque Pep supo dar la oportunidad a futbolistas que llegaban desde las categorías inferiores. Nunca el Barcelona jugó mejor que con Puyol, Piqué, Busquets, Xavi, Iniesta, Cesc, Valdés, etc. ¿El denominador común? Todos crecieron con una misma idea de fútbol a lo largo de la cadena; por ello considero el fracaso rotundo del Barcelona, se enfocaron mucho en comprar y comprar, olvidándose de aquello que ayudo que sea el Barcelona de Pep sea uno de los equipos más temidos de Europa, porque mientras gastaron un aproximado de 400 millones de euros en contratar tres futbolistas que al día de hoy no han tenido éxito en el equipo culé; vendieron a aquellos canteranos que se afianzaron con el tiempo en sus nuevos equipos y se olvidaron de aquello que les dio éxito: su cantera.


Marcelo Vinieri

 
 
 

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