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El último ROMÁNtico

  • Foto del escritor: Bitágora
    Bitágora
  • 6 sept 2020
  • 6 Min. de lectura

El número 10 lo suele usar aquel jugador que marca la diferencia dentro de la cancha, aquel que es distinto con tan solo caminar dentro de la cancha, aquel que no solo enamora al hincha, sino también a sus compañeros.

El número 10 lo suele usar aquel jugador que marca la diferencia dentro de la cancha, aquel que es distinto con tan solo caminar dentro de la cancha, aquel que no solo enamora al hincha, sino también a sus compañeros. Zinedine Zidane tuvo el honor de llevarse, en su último partido a nivel de clubes, la camiseta de ese 10: Juan Román Riquelme. El mismo “Zizou” lo dijo: “Es un jugador mágico, con su calidad arruino mi despedida. Ese día nos volvió loco a todos. Es un honor que me haya despedido con su camiseta en mis manos”.

Juan Román Riquelme nació el 24 de junio de 1978 en San Fernando, Buenos Aires. Formado en las inferiores de Argentinos Juniors, acabó firmando por el equipo de su corazón, Boca Juniors. En la Bombonera pasó de ídolo a leyenda aunque por el camino dejó su impronta en Europa y con la camiseta de la albiceleste. Román ha sido uno de los mejores jugadores de Argentina y dicen que ha sido el último gran «diez» de la historia del fútbol. El “10” se formó al igual que Diego Maradona, en Paternal, la cual es la cantera de Argentinos Juniors. Con Argentinos Juniors jugó hasta los 18 años cuando Boca Juniors decide comprar sus derechos en 1996. Ese mismo verano, Riquelme formó pare de la selección argentina sub-20, que ganó el campeonato sudamericano y después el Mundial de Malasia, en donde se consagró como una de las estrellas del torneo, anotando 4 goles en 7 partidos. A su regreso, Carlos Salvador Bilardo le hizo debutar ante el Club Atlético Unión en la Bombonera. Su fútbol conectó rápidamente con la grada, que vio cómo daba pasos agigantados para confirmarse como titular y anotar sus primeros goles como xeneize. De ahí en adelante se vio el mayor romance en la historia del fútbol: Román y la pelota. Asimismo, fue simbólica su entrada en el descanso del SúperClásico de 1997 cuando sustituyó a Maradona en el último partido de la carrera del Pelusa.


Figura del mejor Boca de la historia

En el año 1998, llegaría un tal Carlos Bianchi, quien tomó las riendas del mejor Boca de la historia. Riquelme sería la figura de aquel Boca, ya que el enganche lideró un ciclo glorioso de los bosteros que en 6 años ganaron 3 torneos nacionales y otros 3 internacionales (tres Ligas, dos Copas Libertadores -tras 22 años sin ganarla por Boca- y una Copa Intercontinental, derrotando a Real Madrid.). El dominio xeneize comenzó al ganar el Torneo Apertura de 1998 y el Clausura de ese mismo año. Entre ambos campeonatos Boca permaneció 40 partidos sin perder rompiendo un récord que aún sigue vigente. Gracias a ello, en 1999, recibió el llamado de la selección mayor. Convocado por Marcelo Bielsa para la Copa América que se disputo en Paraguay, el jugador de Boca jugó todos los partidos de titular pero regresó antes de tiempo tras caer ante Brasil en cuartos de final. Después de reconquistar el fútbol argentino, el objetivo de Boca para el año 2000 era volver a ganar la Copa Libertadores. Tras eliminar al Nacional de Quito en octavos, Riquelme fue decisivo en el SúperClásico ante River. Boca perdió 2-1 en el Monumental aunque el «10» anotaría un precioso gol de falta directa. En la Bombonera los xeneizes remontaron la eliminatoria al ganar 3-0 con goles del Chelo Delgado, Riquelme y Martín Palermo. Boca superó al América de México en semifinales (5-4 en el global) y acabó conquistando el título tras dos empates y una emocionante tanda de penaltis ante el Palmeiras. Boca ganaba la Libertadores, 22 años después. Después de conquistar la Libertadores en aquel año, Boca viajaba a Tokio para disputar la Copa Intercontinental contra el Real Madrid, el campeón de Europa. Los xeneizes comenzaron más enchufados que los blancos y se adelantaron con dos goles de Palermo en los primeros 6 minutos. El segundo de ellos nació de las botas de Riquelme, que con un pase de 50 metros dejó en posición ventajosa a su compañero. Roberto Carlos recortó diferencias para los españoles pero Boca y Riquelme se encargaron de mantener la renta para proclamarse campeón del mundo.


Su impronta pasada por el futbol europeo y la selección argentina

Con la selección argentina, no contó para Bielsa hasta que tras perder la final de la Copa América 2004 fue relevado del cargo. Con Pekerman, Riquelme comenzó a liderar a la albiceleste rumbo al Mundial de Alemania (2006) y participó en el subcampeonato de Argentina en la Copa Confederaciones. En su primer campeonato del mundo regaló 5 asistencias de gol, pero se despidió en cuartos tras una polémica sustitución de Pekerman, que desencadenó el empate de Alemania y la eliminación de Argentina en los penaltis. Riquelme también recibió muchas críticas y decidió renunciar a la selección para evitar más disgustos a su madre (hospitalizada en dos ocasiones). Cabe recordar que Román se consagro tan solo con la selección en los Juegos Olimpicos de Pekin en el 2008. Siento que debimos verlo más.

En el año 2002, Riquelme fichó por los culés a cambio de 13 millones de dólares y se convertía en la gran apuesta del presidente Joan Gaspart. Pese a su buen inicio, Riquelme tuvo dificultades para adaptarse al fútbol europeo y a los estrictos métodos del holandés Louis Van Gaal. El técnico tulipán dejó claro desde el principio que no había pedido su fichaje y le reclamó más disciplina y compromiso defensivo. Los malos resultados del equipo acabaron con Van Gaal en la calle y con Riquelme tratando de encontrar su sitio con Radomir Antic al mando. El Barça cerró otra temporada sin títulos y Román acabó el curso marcando 6 goles y dando 11 asistencias en 42 partidos.

En la temporada 2003-2004 el Barcelona fichó a Ronaldinho Gaucho y Riquelme es descartado por la nueva directiva al contar con 4 extranjeros en la plantilla. El club catalán pactó una cesión de dos años con el Villarreal, un pequeño club de Castellón en una ciudad de menos de 50 mil habitantes. Con la camiseta amarilla Riquelme recuperó la confianza y se reencontró con su mejor fútbol. Pero no fue hasta la llegada de Manuel Pellegrini al banco y Diego Forlán, quien fue su mejor compañero en el “submarino amarillo” que Villarreal metió miedo en Europa. La conexión de Riquelme con el charrúa fue total y el Villarreal completó un año histórico en el que ganó la Copa Intertoto y acabó tercero en el campeonato liguero. El argentino fue el máximo asistente con 10 pases de gol, mientras que Forlán anotó 25 tantos que le sirvieron para ganar la Bota de Oro. El tercer puesto posibilitó al Villarreal debutar en la Champions League 2005-2006. El submarino eliminó al Everton en la fase previa y lideró un grupo conformado por Manchester United, Lille y Benfica. En las eliminatorias consiguió «cargarse» al Glasgow Rangers e Inter de Milán para llegar a unas históricas semifinales frente al Arsenal de Wenger. Los de Londres ganaron 1-0 en Highbury pero sufrieron en su visita al Madrigal. El Villarreal generó ocasiones de sobra para igualar el partido pero no estuvo fino de cara a gol. Riquelme tuvo la mejor oportunidad para empatar el partido pero el argentino falló uno de los pocos penaltis de su carrera aquella noche. Riquelme se despidió de Villareal para volver al único amor de su vida: Boca Juniors.


El final de Riquelme

Tras su impronta pasada por Europa, el mismo Román sabía que su corazón estaba en Argentina, así que decidió volver al club de sus amores: Boca Juniors. Apenas regreso a Boca, ganó la Recopa Sudamericana y se proclamó campeón del Torneo Apertura de 2009. Las siguientes campañas no fueron tan prolíficas en cuanto a títulos pero Riquelme siguió deleitando a sus aficionados, que impulsaron la creación de una estatua de su ídolo. Hubo que esperar hasta 2012 para ver cómo el 10 guiaba de nuevo a Boca a una final de la Libertadores. Esta vez los xeneizes perdieron ante Corinthians y Riquelme anunció tras el partido que no continuaría en el club. Riquelme regresaría aquel club que le dio su primera oportunidad: Argentinos Juniors. En la Paternal jugó 18 partidos e hizo 5 goles para lograr el ascenso a Primera. Finalmente con 36 años, en el 2015, anunció su retiro. El balón decía adiós a las caricias de un fenómeno; un futbolista que marcaba el ritmo del juego y que, hasta la fecha, es el último gran «10» del fútbol Mundial.


Marcelo Vinieri

 
 
 

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