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El perro, ¿el mejor amigo del hombre?

  • Foto del escritor: Bitágora
    Bitágora
  • 4 ene 2021
  • 3 Min. de lectura

Si realmente el perro es el mejor amigo del hombre, lo más justo sería que este le corresponda y actúe como un mejor amigo, no como un simple oportunista inmoral

La experiencia inmediata, garante último de muchos de nuestros juicios, suele mostrar, claro para algunas personas, que el perro es el mejor amigo del hombre. Según se dice, porque tal animal es el único, entre los animales “irracionales”, que tiene la propensión natural de seguir al lado del hombre aun cuando este pueda ser despiadado con el mismo; en otras palabras, trátese como se trate al perro, bajo esta perspectiva, este estará para el humano, lo cual lo hace no solo un amigo, sino su mejor amigo a causa de su predisposición incondicional. Ahora bien, suponiendo que fuera verdadera tal creencia, ¿esto lo coloca al perro como el mejor amigo del hombre? Cabe preguntarse ello, ya que, al menos para muchos, puede parecer falsa tal creencia, pues ¿acaso otros animales no merecen con mayor razón dicha adscripción?

Comencemos por hablar del gato que, según mi caso y pienso que el de muchos, puede ser el más sencillo por mencionar en vista de que quizá tengan uno. El gato es un animal, según un pensamiento común, “frío”, interesado, resentido y, por tanto, muy diferente al perro que, como dije, tiende a ser sobrevalorado. Puede parecer ridículo, pero sé que cualquiera con suficiente capacidad crítica podría preguntarse que si, en el fondo, ¿el humano no se asemeja más a este animal? ¡De hecho, sí! El hombre tiende a manifestar esas actitudes para con sus semejantes, lo cual puede pensarse como un error o virtud dependiendo de la situación, porque ¿acaso no es sabio no seguir en aquel lugar donde sientes que te lastiman? Dicho esto, a lo que quiero llegar es que, según parece, el hombre rechaza al gato, suponiendo que fuera verdad que el gato es como dije que se dice, por su actitud humana que, a saber, deslegitima muchas de las actitudes humanas para con los animales. En efecto, tomando como base la experiencia, se maltrata a los animales con mayor frecuencia si estos tienden a legitimar las prácticas violentas, sea de modo indirecto o directo. Piénsese en un animal muy feroz, sea un león, es probable que no se le tratará de la misma manera que a un perro, porque este podría incluso matar al victimario inicial; esta situación se refiere a la deslegitimación aducida de modo indirecto. Ya para cerrar este punto, tal deslegitimación no solo guarda relación con la capacidad de ataque de un animal, ya que, volviendo al ejemplo del gato, este no necesita agredir al humano para mostrar que no permite ciertas agresiones: basta con recordar que simplemente se va y no regresa más. Este es un ejemplo de deslegitimación indirecta.

A modo de reflexión, ¿ser un mejor amigo es mantener una predisposición incondicional para con el que se aduce como amigo? Si se piensa de modo humano, evidentemente la respuesta es “no”, porque, bajo el pensar general, un amigo es quien discrepa contigo; un amigo es quien te dice “no estoy de acuerdo contigo”; un amigo es quien se aleja si realmente siente que lo lastimas. Entonces, ¿por qué, en relación al perro, se piensa todo lo contrario? Es una buena pregunta, pero me temo que no la responderé. Al margen de todo lo visto, lo que debe quedar claro es que no se debe abusar de la supuesta predisposición incondicional del perro para con el humano, ya que no es nada justo para él; el perro también sufre como el hombre. Si realmente el perro es el mejor amigo del hombre, lo más justo sería que este le corresponda y actúe como un mejor amigo, no como un simple oportunista inmoral. Los animales en general merecen ser tratados de mejor manera, ya que, al fin y al cabo, nadie habla de animales malos, solo de hombres malos; además, son ellos quienes tienden a demostrar lo maravilloso que puede ser coexistir con el mundo, tal vez deberíamos aprende de ello. Ya para finalizar, invito a reflexionar al lector de este artículo sobre todo esto; pienso que así, si consigo que una mayor cantidad de personas tomen conciencia propiamente de esta situación, puede adoptarse una mejor actitud para con los animales en general. Al fin y al cabo, de ellos depende la construcción de una visión ética integral, holística, de la realidad por definición, ¿no?


Gabriel Trinidad

 
 
 

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