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Corrupción en tiempos de pandemia

  • Foto del escritor: Bitágora
    Bitágora
  • 6 jun 2020
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 7 jun 2020

Es necesario resaltar lo que fue la corrupción en nuestro país; evidentemente, fue el producto de nuestro subdesarrollo, ya que es un cáncer hacia el progreso.

En los últimos meses, se dio a conocer diversos casos de corrupción; entre ellos, el caso de Richard Swing, la venta de mascarillas y alimentos a la policía por parte de una empresa de neumáticos, bonos que no fueron bien destinados, entre otros. Por ello, es necesario resaltar lo que fue la corrupción en nuestro país; evidentemente, fue el producto de nuestro subdesarrollo, ya que es un cáncer hacia el progreso. A continuación, se tocará tres puntos importantes para entender dicha problemática: la institucionalidad, la ciudadanía, la informalidad.

En primer lugar, se ha demostrado la fragilidad institucional que existe en nuestro país, ya que la corrupción es la causa del deterioro de las instituciones y, es a la vez, un subproducto de instituciones débiles. Asimismo, su continuidad histórica está fundada sobre defectos institucionales y reformas estatales que facilitan un legado de corrupción sistémica, que hasta el día de hoy seguimos viviendo en nuestro país. Ello nos puede demostrar que las debilidades institucionales son un gran problema dentro del país, puesto que, a pesar que en los últimos años se han tomado medidas para erradicarla, la fragilidad de las instituciones es muy fuerte: la incapacidad de combatir las prácticas corruptas. Por ejemplo, el hecho de que las personas más vulnerables o necesitadas en esta pandemia no fueron beneficiadas con el bono que el Estado ofreció y ello es reflejo de la deficiencia de las instituciones tales como la RENIEC y el programa Sisfoh. También, se muestra la irresponsabilidad los ciudadanos por no actualizar sus datos y por no participar en encuestas de INEI (esto porque sus resultados no demuestran la realidad de nuestros ciudadanos, de cómo viven, cómo se desarrollan, etc.). Todo ello, demuestra que existe una cierta desconfianza por parte de la población hacia las instituciones, a tal grado que la ciudadanía lo ha normalizado, pues para muchos ciudadanos esta noticia no fue de gran admiración, ya que estos casos han sido normalizados en nuestra sociedad. Habiendo tocado esta última parte pasaremos a la siguiente variable: la ciudadanía.

En segundo lugar, la ciudadanía ha normalizado este tipo de acciones, ello se demuestra en que, si bien el Estado de derecho fue creado con la finalidad de poder hacer que todos nos encontremos frente a un mismo plano, que en este caso sería la ley, es parte de nuestra naturaleza querer sobrevivir y poder tener más; tal vez, esto podría entenderse con la finalidad de avaricia, la cual la población a relacionado mucho con la corrupción. Otra parte de la población, sin embargo, se ha mostrado decepcionada acerca del tema y el hecho de que existan ciertas acciones ilícitas en estos tiempos excepcionales es una manera de traición a la patria y debería ser sancionada como tal, pues en estos tiempos más difíciles es necesario que cada uno aporte y ayude en un tipo de coyuntura como esta. Asimismo, la población o ciudadanía ha demostrado que, frente a estos casos de corrupción, está más unida que nunca y que la normalización de esta no es normal, porque en momentos tan difíciles como este no debe haber motivos para lucrar, ni en este ni otro.

Finalmente, en la informalidad, nos demuestra que las instituciones de grado alto y de ente público, tal como la PNP, son las que propician la corrupción; es decir, la informalidad de la gente o instituciones es una consecuencia de la corrupción. Por ejemplo, la informalidad de la PNP al contratar una empresa de neumáticos que no vende nada acerca de materiales de sanidad y mucho menos tiene un registro sanitario refuerza la idea de que la informalidad tan solo produce más corrupción. Pues probablemente el requerir a esta empresa de neumáticos para comprar logística vial para este contexto en el que vivimos, es identificado como corrupción, ya que la policía ha demostrado informalidad al no requerir a una empresa de fines sanitarios para las mascarillas y a un restaurante para los refrigerios de su personal; asimismo, cabe mencionar que sobrevaluaron todo lo anteriormente mencionado.

Las noticias presentadas nos demuestran que la corrupción está latente en nuestro país, a pesar de los diversos esfuerzos y reformas que se han previsto en los últimos años. Pues demuestra que la debilidad de las instituciones es una realidad, y que el tan llamado “institucionalismo”, no existe, sino que existe una cierta brecha entre la confianza de la población y la institución lo demuestra; además, la corrupción ha logrado que esta corrupción sistemática no sea tan solo un acontecimiento anecdótico, sino, como su nombre lo señala, un fenómeno sistemático, que seguirá perdurando hasta que no haya medidas que empiecen a fortalecer las instituciones. En segundo lugar, la ciudadanía ya no normaliza estos hechos y se ha dado cuenta que este no es tan solo que más un atraso hacia el desarrollo y es necesario una cooperación tanto de entidades públicas y de la población para que estas reformas anticorrupción puedan ser fructíferas, además ha demostrado apoyar y no dejarse cegar por lo que los medios de comunicación puedan darles a entender. Finalmente, la informalidad ha demostrado ser una causa clave para que con mucha facilidad se pueda dar con normalidad la corrupción dentro del país peruano, ya que puede ser la causa para que la corrupción tenga mucho más éxito dentro de un país y pueda ser normalizada: una coima o recurrir a lo más fácil para lucrar o beneficiarme en momentos de crisis.


Ernesto de Lima

 
 
 

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